Es momento de recuperar tu poder, sanar tu energía y crear la vida vibrante que mereces

Dejar de Luchar contra Mi

¿Alguna vez sentiste una desesperación silenciosa?

Es esa presión en el pecho, una ansiedad que te susurra que deberías estar mejor, que podrías haber logrado más, pero estas en un lugar en el que no queres estar.


En lugar de reconocerte con amor, te juzgás.

Si sentis que estas haciendo todo ...

¿Por qué no pasa? ¿Qué estoy haciendo mal?


Sin darte cuenta, empezás a pelearte con la única persona que debería ser tu refugio: vos misma.

No peleás contra el mundo.

Peleás contra tu propio proceso. Contra tu tiempo. Contra tu historia.


Buscás resultados rápidos para calmar tu ansiedad, y cuando no los ves... te convencés de que no valés lo suficiente.

Dejás sueños a medias.

Te rendís antes de tiempo.

Te repetís historias de fracaso que ni siquiera son tuyas.


Y en esa desesperación, el peor error: empezás a creer que si no pasa ya, entonces nunca va a pasar.


Cuando la ansiedad guía tus pasos, el alma empieza a caminar en círculos.


En mi caso, me levantaba con la esperanza de ver cambios, pero me iba a dormir sintiendo que no era suficiente.

Como si todo lo que hacía jamás fuera a alcanzar.


Hasta que entendí que lo que me salvaría no era correr más rápido.

No era hacer más.


Era dejar de luchar contra mí.


Parar. Respirar.

Sostenerme con ternura aunque nada pareciera cambiar.

Dejar de exigirme. Dejar de juzgarme.

Dejar de pelearme con el tiempo que mi alma necesita para florecer.


Sostener tu fé cuando el camino se ve borroso es un acto de amor propio.

Sostenerte en confianza, aunque afuera todo siga igual, es un acto de valentía.


La verdadera revolución no es seguir forzándote.

Es abrazarte tal como sos, justo donde estás.


No estás atrasada.

No estás equivocada.


Estás floreciendo a tu propio ritmo.

Y ese ritmo es perfecto. Aunque hoy no lo puedas ver.


Hoy entiendo que lo que más me acercó a mis sueños no fue la exigencia.

Fue la ternura.

Fue la paciencia.

Fue animarme a esperarme con amor,

sin condiciones.


Y sé que vos también podés elegirlo.

Podés elegir sostenerte, abrazarte, confiar...

y construir una vida a la altura de tu verdad.


Sin prisa. Sin guerra.

Solo amor.


Si este texto te tocó, si algo dentro tuyo se sintió visto o contenido, quiero decirte algo:


no estás sola.


Hay un camino de vuelta a vos. Uno real, amoroso, sin exigencias.

Uno donde podés dejar de empujarte, dejar de juzgarte…

y empezar a volver a vos con ternura.


Por eso creé “Manual para volver a mí”, una guía íntima y amorosa para reencontrarte cuando te sentís perdida, desconectada o cansada de luchar.

Es el abrazo que me hubiera gustado tener en mis días más grises.


Te lo comparto con el corazón abierto.

Porque si yo pude volver a mí,

vos también podés.


Mi carrito