Durante muchos años me convencí de que descansar era perder el tiempo.
Que si no estaba produciendo, no valía. Que si no lo hacía yo, no iba a suceder.
Y en ese hacer constante, me perdí a mí.
Me desconecté de mi cuerpo, de mi energía y de mi magnetismo.
Hasta que me rendí.
Y en ese momento, descubrí un secreto que nadie me había contado:
el universo no responde al esfuerzo, responde a la frecuencia.
La trampa del hacer constante
Hay una herida muy profunda que muchas mujeres llevamos: la herida del merecimiento.
La que dice “para recibir tengo que hacer mucho”, y si puedo, hacerlo todo sola.
Lo hacemos en nuestros vínculos, en nuestros negocios, en la forma en que nos tratamos a nosotras mismas.
Damos, damos, damos... y sentimos que nadie nos devuelve con la misma intensidad.
¿Te suena?
El problema no es que hacés mucho.
El problema es desde dónde lo estás haciendo: desde la escasez, desde el miedo, desde el control.
Cuando estás en modo control, no podés recibir
Te lo digo con amor y con verdad:
Si estás ocupando cada espacio de tu agenda, de tu casa, de tu mente…
¿por dónde esperás que entre lo nuevo?
Recibir es un arte energético.
Y no podés recibir si tu frecuencia está bloqueada por la urgencia, la tensión o la necesidad de tener todo bajo control.
El control te da una falsa sensación de seguridad.
Pero es la entrega lo que te trae expansión.
La energía femenina receptiva: tu superpoder olvidado
Hay una parte de vos que no necesita hacer más.
Necesita abrirse a recibir.
Tu energía femenina es esa parte suave, magnética, intuitiva y poderosa que atrae con solo ser.
Es la que crea desde el vacío, no desde el esfuerzo.
Es la que dice: “No necesito correr detrás de nada. Todo lo que es para mí, ya está en camino.”
Volver a esa energía es recordar que vos sos el canal, no la fuente de todo.
3 prácticas para empezar a recibir más
(sin hacer más)
1. Dejá espacio vacío
No llenes cada minuto con tareas. En el espacio, aparece la magia.
Permitite no hacer. Poné el celu en modo avión. Mirá el cielo. Descansá sin culpa.
2. Celebrá sin esfuerzo
Agradecé cosas que no hiciste vos: un mensaje inesperado, un regalo, una sonrisa.
Eso también es manifestación.
3. Recibí ayuda
Decí “sí” cuando alguien quiere ayudarte. Permitite soltar el control.
Hoy no cocinás. Hoy recibís.
Tu nueva forma de vivir:
con placer, no con sacrificio
No viniste a esta vida a agotarte para que otros te vean.
Viniste a brillar y a recordar que cuando estás alineada, todo fluye hacia vos.
Tu Inner Glow no necesita más esfuerzo.
Necesita más espacio, más gozo, más vos.
Y si sentís que algo adentro se removió leyendo esto, es porque ya estás lista para vivir diferente.
¿Querés saber qué energía te está bloqueando el recibir en tu vida?
Te acompaño a verlo y desbloquearlo juntas en una Sesión Inner.
3 preguntas, una canalización profunda y una versión más expansiva de vos lista para recibirlo TODO.
Te quiero, 🩷
Lo estas haciendo bien
Sol.